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La Esofagitis Eosinofílica (EEo) es una enfermedad cruel y agobiante. Sus síntomas progresivos limitan la ingesta normal de alimentos, lo que lleva a restricciones dietéticas y síntomas molestos. Pero los pacientes con Esofagitis Eosinofílica llevan una carga que va mucho más allá del aspecto físico1.(Lucendo 2017)
Como profesionales médicos, compartimos el mismo objetivo: mejorar la calidad de vida de los pacientes. Cada caso de Esofagitis Eosinofílica es único y puede implicar uno o una combinación de enfoques. Afortunadamente, en la actualidad existen varias opciones terapéuticas que pueden ayudar a reducir los síntomas de la Esofagitis Eosinofílica: dietas, terapia medicinal convencional (es decir, IBPs y esteroides) y dilatación han sido las principales opciones terapéuticas para los pacientes que sufren de Esofagitis Eosinofílica. Elegir el tratamiento adecuado es individual y se articula en torno a una decisión compartida entre el médico y su paciente. El tratamiento también puede modificarse en cualquier momento1. Y no está exento de desafíos.
La Esofagitis Eosinofílica es una enfermedad inflamatoria crónica y compleja del esófago, con síntomas variables según la edad. Este artículo ofrece una revisión detallada de sus manifestaciones clínicas, las tres fases clave para su diagnóstico (evaluación clínica, endoscopia e histología) y las consecuencias de su detección tardía.
La esofagitis eosinofílica (Eeo) puede tener una carga significativa para los pacientes y sus familias2. Y pocos entienden las preocupaciones diarias a las que se enfrentan los pacientes y los desafíos del cuidado como otros médicos. Este artículo compartirá información clave sobre Eeo, para que juntos podamos ayudar a los miles de pacientes que sufren de Eeo.
La esofagitis eosinofílica se está convirtiendo en un trastorno más prevalente. Resulta de una inflamación persistente que lleva a la remodelación y fibrosis en el esófago1. Su origen es multifactorial, involucrando la compleja interacción de genética, factores ambientales, disfunción del sistema inmunológico y atopia, tanto es así que la superposición con otras enfermedades puede llevar a un diagnóstico erróneo1,2.